Por: David Torres
Resumen: Está bien claro que la masacre de Paris atenta directamente contra nuestra forma de vida occidental, nuestros principios y nuestros valores democráticos. Sin embargo, siguiendo el razonamiento de Lecter, es fácil concluir que ése no es el objetivo final de los ataques. Sembrar el terror: el lenguaje no engaña, incluso esa expresión seminal apunta a un fruto, a un fin más retorcido y más alto. Porque, aunque cueste creerlo, hay una razón oculta entre tanta irracionalidad, un motivo para el terror, un sentido último que es la palanca en la atroz maquinaria de la barbarie.