El Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia, A.C. (CASEDE) ha trabajado en el municipio de Jiutepec en temas de seguridad y capital social. Recientemente presentó el Atlas de la seguridad y violencia en Morelos en conjunto con la UAEM y, en 2014, aplicó una encuesta con representatividad municipal sobre capital social en Jiutepec, Cuautla y Cuernavaca.

Así, el proyecto De la seguridad ambiental a la seguridad ciudadana: prácticas ambientales con jóvenes de la Secundaria Técnica 14 de Jiutepec, Morelos, complementó el trabajo hecho por CASEDE desde otra perspectiva: la incidencia social. Las actividades para las cuales se solicitó el financiamiento tuvieron y tendrán un impacto directo en la comunidad ya que fortalecieron la participación de los jóvenes en acciones comunitarias, haciéndolos más conscientes de la riqueza ambiental local y proporcionando actividades que fortalecen el capital social positivo.

El proyecto se implementó en alianza con la Unión de las 900 hectáreas (U900H), movimiento ambientalista de Jiutepec. En el proceso de implementación fue fundamental la alianza estratégica con la Secundaria Técnica 14. Esta secundaria está rodeada de colonias de bajos recursos y muchos de los estudiantes provienen de ellas. En este centro educativo la u900h inició en 2010 un proyecto de educación ambiental, conformado por un jardín etnobotánico y talleres de semillas. Este trabajo contribuyó a que la escuela se certificara en el programa “escuela verde” de la SEMARNAT, y que, a su vez, la secundaria otorgara a la U900H un reconocimiento por el trabajo implementado.

El proyecto financiado se conformó con dos actividades directas con jóvenes y con 4 acciones que permitirán impulsar y mejorar la calidad de las actividades en materia ambiental de la secundaria técnica 14.

La administración del proyecto estuvo a cargo de CASEDE, quienes gestionaron los recursos, las entregas y los trámites correspondientes con el Centro Nacional de Prevención.

Las metas planteadas en el proyecto inicial fueron cumplidas y en algunos casos superadas gracias a que los jóvenes demostraron un extraordinario interés y al apoyo cotidiano de las autoridades de la secundaria técnica 14. Más allá del cumplimiento de las metas numéricas, las actividades implementadas se vieron reflejadas en los jóvenes: se favoreció la convivencia, se fomentó el arraigo comunitario, se ofrecieron actividades alternativas al consumo de alcohol y-o drogas, y se fortaleció a la escuela como centro de socialización y origen de acciones en beneficio de la comunidad. Todas estas acciones fomentan la generación de capital social positivo en la comunidad.

Los mismos jóvenes lograron identificar la relación entre una comunidad descuidada y la delincuencia, asimismo identificaron que la tranquilidad es más factible en comunidades verdes y bien cuidadas. Por otro lado, los estudiantes se sensibilizaron sobre algunos problemas que, como las inundaciones, son provocadas por acciones ciudadanas irresponsables como tirar basura en la calle, en los canales y apantles. De aquí surgieron ideas de cómo podemos asegurar una mejor calidad de vida por medio de las actividades en favor de la naturaleza.

Las autoridades escolares apoyaron este proyecto debido a que propicia redes de colaboración y participación de jóvenes a través del conocimiento de la riqueza ambiental. Como ya se mencionó, un efecto positivo inesperado fue el fortalecimiento de la red de jóvenes ambientalistas que se denominan actualmente “misioneros por la naturaleza”.

Uno de los objetivos a mediano plazo es buscar recursos y apoyos que permitan llevar este programa a otras instituciones educativas donde se presentan estos mismos factores de riesgo. Se espera que, en el largo plazo, la continuidad de estas acciones repercuta en una convivencia y reflexión ambiental que alejen a más jóvenes de conductas delictivas.

Para descargar el informe final del proyecto completo, click aquí